La llamada le costó casi una hora de su tiempo, y tener que salir a cenar con un friki, pero al menos Kara Cole, investigadora privada, acababa de hacerse con una copia del servidor de la inmobiliaria y al día siguiente tendría acceso al testamento.
Pasó el resto de la tarde estudiando los papeles. Algunas cosas ya las sabía gracias a la investigación sobre la victima que había hecho. Primero ordenó los archivos por clientes, buscando aquellos nombre que llamaran la atención sobre el resto, pero salvo un futbolista los demás propietarios de la lista eran Juan Nadie. La propia víctima tenía varios inmuebles y terrenos a su nombre, a parte de aquellos en los que la inmobiliaria figuraba como dueña a la espera de venderlos.
Eso le dio otra idea. En un mapa online fue colocando marcadores en cada propiedad. El rojo para los de la víctima, blanco los que están a la venta y verde para el resto. Cuando terminó, a Kara Cole, investigadora privada solo le hizo falta un vistazo. En las afueras del mismo pueblo donde estaba, cinco manzanas completas estaban señaladas con marcadores verdes, y en medio, un edificio con un marcador rojo.
La idea que se había instalado en su mente como un gusano estaba empezando a formar una crisálida. Cuando tuviera en sus manos la información del testamento y comprobara un par de cosas, sabría si de esa crisálida resultaría una mariposa.
(Cada miércoles y domingo, una nueva entrega de las Aventuras de Kara Cole, investigadora privada, aquí, en su blog favorito!!)
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