La vuelta desde el bosquecillo la había llevado algo más de tiempo por que había ido recorriendo todos los hoteles hasta el de la víctima para hablar con posibles testigos.
Y resultó ser buena idea. Kara Cole, investigadora privada, tenía un retrato robot -estaba muy orgullosa de sus habilidades como artista- del otro hombre con el que se vio al muerto y que lleva desaparecido desde entonces, o el sospechoso, para abreviar.
La llamada del empleado del hotel al que sobornó le informó de que la mujer del fallecido estaba en el pueblo. Llegó tan pronto como los policías la avisaron, una vez confirmada la identidad. La habían alojado en la habitación de su marido, quien había pagado toda la semana. De momento no se encontraba allí, así que, aunque a Kara Cole, investigadora privada, no le gustaba perder el tiempo, tendría que esperar allí a su regreso.
(Cada miércoles y domingo, una nueva entrega de las Aventuras de Kara Cole, investigadora privada, aquí, en su blog favorito!!)
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