viernes, 12 de julio de 2013

Misterios

¿Por qué no duerme la prinsiseta? ¿Tiene frío?¿Tiene calor?¿Le duele la pipa?
¡Ah, ya lo sé!
¡Le falta el cuento de buenas noches!
¿Qué podemos hacer? Como buen Princhiñón no puedo permitir que una Prinsiseta pase una noche de desvelo, y más si la Prinsiseta tiene que trabajar.
Así que allá vamos:
"Érase una vez una caracola. Dentro no vivía ningún cangrejo, ni caballito de mar, ni siquiera un minúsculo langostino.
La caracola estaba sóla, tumbada sobre la arena de la playa, en esa zona dónde aún estaba húmeda pero no llegaba la marea que ya se retiraba.
La luz se retiraba junto a las olas y la caracola se encontraba sola. sin luz y sin compañía. Pronto el frío empezó a morder más que la soledad, hasta que escuchó una voz acercándose.
Era una joven, que andaba con paso apresurado.
-¡Perdona! ¡Espera!
La chica paró en seco, buscando a su alrededor.
-Estoy aquí, en el suelo.
La muchacha localizó el origen de la voz. Recogió la caracola con delicadeza y la levantó a la altura de sus ojos.
-¿Eres una caracola de esas que repiten el sonido del mar?
-Mejor aún, soy una caracola que cuenta cuentos, pero ninguno de mis vecinos en el mar entiende mis palabras. Por eso no puedo quedarme en el agua.
. Vaya, lo siento- la muchacha caviló un momento- ¿Te gustaría venir conmigo? A mí si que me gustan los cuentos, y sin uno cada noche me cuesta dormir.
-¿En serio? ¡Me encantaría!
Y así la muchacha y la caracola marcharon juntas a su casa, dónde cada noche contaron una historia."
Buenas noches Prinsiseta.

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