Abordar a la viuda no era uno de los trabajos más finos que Kara Cole, investigadora privada, hubiera hecho. Sin embargo, pese a la respuesta indignada de la llorosa mujer que apenas había tenido tiempo de reponerse de la impresión había obtenido una información interesante y varias amenazas de denuncia.
El hombre ni tenía ni había tenido amantes -o al menos eso decía la mujer- y la habitación doble era, o habría sido para los dos, ya que ella no había podido coger vacaciones antes.
Sobre el ordenador perdido no sacó mucha información. No había mucho más aparte de fotos familiares, algunas canciones y películas y sobre todo, documentos de trabajo, seguimientos de empleados, documentación de casas, informes peritales de las viviendas, lo normal en una inmobiliaria.
Los documentos ni siquiera eran una gran pérdida ya que los mismos archivos estaban en sus discos duros de Madrid.
No es que fuera nada del otro mundo pero al menos le había dado otra idea. Puede que la muerte del hombre no fuera el objetivo, sino una consecuencia. Tenía que hacer una llamada antes de aventurarse a formular una teoría, pero con el nuevo enfoque sentía que sus energías se renovaban.
(Cada miércoles y domingo, una nueva entrega de las Aventuras de Kara Cole, investigadora privada, aquí, en su blog favorito!!)
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